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sábado, 31 de diciembre de 2011

+1 y a seguir sumando.

No voy a hacer una entrada tremenda sobre lo maravilloso que ha sido este año, porque no es así. Ha habido de todo, desde cosas buenas a malas, desde sonrisas hasta lágrimas, pero lo más importante han sido las personas que lo han formado. Todas aquella gente a la que conocía y la nueva que ha entrado en mi vida con una sonrisa enorme: internado de verano, Los Sauces con mención especial a Silvia y Julia, niñas que conocía de vista pero que me han demostrado que merece la pena considerarlas amigas (+Ana), a Alex, que dios, es increíble, a las del grupito de siempre, que aunque terminemos el año sin hablarnos sé que será un 2012, un 2013 y todos los años existentes con vosotras (Suevia, Catia, mejor amiga), a las de hace tanto tiempo pero que siguen ahí (Andrea, Sarai), clase del año pasado (Soraya y Tania). Gracias de verdad a los nuevos conocidos y a los amigos que ya no lo son tanto. A los que ya no están. A las mamis de mis amigas que tantas veces nos la han liado pero otras tantas nos han ayudado a liarlas, así como a la mía. A papi por ser un borde y dejarme dormir la siestita con él también gracias.  Toda esa gente que este año se hizo indispensable en mi vida y que no es poca. A mi perra, sí, a mi perra. A todos esos cantantes que hasta en los peores momentos consiguieron motivarme. A los libros, a los sueños, a las pelis, a todos: GRACIAS POR MEJORAR ESTE 2011.
Y no le pido nada al 2012, que sea lo que dios quiera.




















Y que sé que me quedan muchas personas, pero a todas y cada una de ellas, las quiero muchísimo. Una vez más, GRAAAAAAAAAAACIAS.

¡Feliz año nuevo a todos y que el 2012 supere al 2011!


jueves, 29 de diciembre de 2011

La pena dura tanto como quieras tú seguir llorando.

Te escribo esta última carta tras una sobredosis de nuestra lista de reproducción y un exceso de lágrimas dulces con sabor amargo. No quiero que vuelvas, pero no voy a seguir mintiendome a mi misma con eso de “que no te echo de menos”. Pero has agotado mi paciencia y llenado mis pulmones para luego soltar en un grito que estoy cansada de irme y volver, irme y volver, irme, derrumbarme y volver. Basta ya. Dile al amor que deje de seguirme y a la culpabilidad que no llame más a mi puerta o la echaré a patadas como si fuera un boxeador, que le destrozaré la cara a las falsas apariencias. Porque ambos sabemos muy bien que de perfil, no sé ve ni la mitad de lo que siente cada uno. Y yo, yo quiero sentirme vacía de ti.



Os dejo una foto y le mítico video entre amigos. No he tenido tiempo de mucho más. Y por cierto, por si no actualizo antes: ¡FEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEELIZ AÑO NUEVO A TODOS!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Jamás sabré entender una lengua sin tu saliva.


"Que conozco su voz en formato susurro, y formato gemido y en formato secreto. Que me sé sus cicatrices  y el sitio que letienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría, y me sé lo de sus rodillas y la forma que roza las cuerdas de una guitarra. Que yo también he memorizado su numero de teléfono pero también el numero de sus escalones y el numero de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías. Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo). "

domingo, 11 de diciembre de 2011

El problema no es tu ausencia, el problema es que te espero.


 Y fue en el momento en el que me abrazaste cuando me di cuenta de que era demasiado tarde, no podía vivir sin ti. Cuando entre la distancia de nuestras bocas se colaron los suspiros y las lágrimas contenidas, cuando lo único que nos podía salvar del vacío era que ese instante durase para siempre, cuando fui consciente de que te echaría de menos el resto de mi vida. Así que, quédate, porque esta noche no hay otro lugar en el que se suponga que debo estar salvo a tu lado.




domingo, 4 de diciembre de 2011

If you want, you can fly.


Algún día descubrirás que las personas que creías que estarían a tu lado para siempre desaparacen poco a poco como el hielo entre suspiros, que los sueños, a veces, no son más que sueños, y que las palabras se las lleva el viento. Aprenderás a no creerte todo lo que te dicen, ni a tomarte las promesas al pie de la letra, a que a veces no todos los caminos llevan a Roma, y que las alegrias compartidas no siempre son el doble.




domingo, 30 de octubre de 2011

Y ahí va uno de tonto; por desesperado, confundiendo amor con compañía.

(Que vergüenza haber tenido esto tan abandonado. Perdonadme de verdad, es que los problemas se me amontonan y el internado me roba mucho tiempo, ¡intentaré publicar más a menudo!)


Quiero escribirte a voces sordas de teclado que sin ti, este otoño me hiela los suspiros y me produce escalofríos cuando pronuncio tu nombre en mi mente. Quiero gritarte en silencio que echo de menos echarte de más, tenerte a mi lado mientras pienso que las nubes me ciegan el alma y tú, tu no me ves llorarte. Quiero aprender dibujándote que cuando sonries se te forman hoyuelos en el corazón, y haces que renazca mi alegría. Quiero examinarme de los lunares de tu espalda y sacar un diez en matemáticas de dolor, cuando no te tengo cerca y me quema hasta respirar. Quiero romper con todo cuando no me llames, quiero amanecer con las mejillas empapadas porque no me des las buenas noches, quiero escribir nuestros nombres en mi libretas y descojonarme de lo infantil que era cuando esté casada con la locura, quiero intentar creerme tus palabras cuando me mientas, quiero comerme los celos y vomitar la desesperación y saber, saber que algún día te volveré a ver, y no habrá nada que te aleje de mí, porque no hay nada más bonito en este mundo que el roce de tu piel contra mi piel.

"Lo siento por tí si aspiras olvidar a alguien que quisiste, ejercer el olvido por voluntad es imposible".






sábado, 20 de agosto de 2011

Yo no te perdí, me perdiste tu a mi...

…al final, por mucho que lo alargues, siempre llega. Todo tiene un final, un ultimo capítulo en el que dices adios. Y por mucho que quieras evitarlo, por mucho que pospongas su llegada, te termina alcanzando y te arrastra hacia las profundidades como una enorme ola de melancolía. Es duro aceptar que algo ha acabado, porque tenemos la constumbre de guardar siempre un ultimo soplo de esperanza, pero resulta, que por mucho que quieras esconderte debajo de tu cama y que te coman los monstruos del amor, quizás solo consigas que te muerdan más aún, y el dolor crezca hasta formar una gran supernova que te explotará, tarde o temprano, en el corazón.

Que después de cuatro meses y medio todo ha acabado, y lo digo con la boca grande y las mejillas empapadas, ya no nos queda nada.



Hoy te digo adiós.

domingo, 14 de agosto de 2011

Y cada vez que estás, que te echaré de menos...


Suspiró el aire y sin querer casi se traga el corazón, a veces,  se moría de placer contando las pecas de aquel rostro que hace un tiempo creyó olvidado. Pero resultaba que aquellas verdades que se negaba a si misma estaban ahí, a pie de cañón, para recordarle con cada “si te digo que no te quiero, te miento”, que a veces el destino nos hace de las suyas. Porque no podemos dejar nuestra vida al azar, y que pase lo que tenga que pasar, aunque a veces terminemos besando los labios más indicados.



viernes, 5 de agosto de 2011

I just can't take how beautiful you are, I hate to say this but my eyes go blind...



Pero ya te lo dije al principio de esto, he llegado a un punto en el que mi unico objetivo es comerme el mundo a tu lado. Y aunque eso conlleve que a veces la temperatura suba más de lo previsto por la estación estatal de meteorología y que revienten los termómetros, estoy dispuesta a asumirlo. No me preocupa mucho derretir los polos, exterminar a los osos polares, o que suba el nivel del mar si puedo bucear en tu mente. Solo necesito que firmes mi corazón con un beso, y quedará todo sellado. No te prometo que esto dure para siempre, ni que no termines odiandome, tampoco te aseguro la ausencia de gritos, lágrimas y discusiones, pero creo que este pack incluye sonrisas, besos, y toda la vida para disfrutar de los errores que cometamos. Y sí, muchos creerán que estamos locos, pero es nuestra locura, tu locura, la mía, y si hay alguien con quien quiero compartirla es contigo porque yo es que… te amo más que mucho.








P.D.: Quería dedicarle esta entrada que sé que nunca leerá a mi Romeo personal. Te amo más que mucho pese a todo, mi vida.

domingo, 29 de mayo de 2011

>Georgette

Solo iba a clase cuando tenía algún examen. El resto del tiempo se lo pasaba escapándose de las miradas ajenas y evitando cualquier contacto con seres de su misma raza pero con distintas opiniones. Era diferente. Bueno, más que eso era rara. Lo tenía muy asumido y lo aceptaba con cada una de las responsabilidades que eso traía, incluso sacar a pasear sus ideas después de comer y ordenar el cuarto de sentimientos perdidos de su mente. Quizás a veces, era demasiado excéntrica y llamaba la atención su forma de interpretar la vida y reflejarla en sus gestos apacibles. Le gustaba tanto leer que muy a menudo se pasaba desde que se ponía el sol hasta que volvía a acostarse la Luna imaginándose rostros amargos. Luego los pintaba con sonrisas y les hacía volar como Campanilla en Nunca Jamás. Pocas personas se habían dignado a hablar con Georgette sin que fuera para meterse con ella pero eran escasos los que la conocían por algo más que “la niña de la sonrisa triste”. Porque para los demás ella era eso, aquella adolescente imperceptible y estúpida que se acomodaba en el banco del parque a escuchar música rock y reírse de sí misma. Lo que nadie sabía era que cuando estaba en su fase depresiva algo la obligaba a hacer que todos sonriesen. Pese a su cuerpo triste y su mirada cansada el brillo de sus ojos buscando una nueva forma de escape no la abandonaban.
Generalmente le pasaba que no sabía cómo tratarse ni a sí misma y que siempre que podía abría las persianas de su espíritu a alguna emoción nueva. Lo que pasa es que rara vez entraba el sol a través de aquellos cristales. Tenía una borrosa imagen de sí misma y poca confianza en su alrededor. Su único refugio a parte de Kya era aquel viejo diario en el que apuntaba todo lo que se le ocurría sobre acariciar el cielo con el dedo meñique del pie.
¿Conoces esa sensación agridulce que se te queda en la boca cuando sientes que no has hecho todo lo posible para salvar algo que ya no es que quisieras, si no que necesitabas para seguir respirando? Pues ella la sentía continuamente. Se pasaba la vida suspirando a ninguna parte y con el esófago a punto de reventar gracias a las ganas de vomitar. ¿Sabes esos momentos en los que necesitas gritar? Cuando ves como él se pasea por los pasillos del instituto y se te queda mirando, y sientes esas inmensas ganas de correr hacia el y plantarle el beso del siglo y que se joda el mundo. Cualquiera que se fijara un poco en Georgette se daría cuenta de que ella se pasaba la vida en un tira y afloja entre hacerlo o no. 




domingo, 1 de mayo de 2011

>Georgette


Para Georgette las cosas eran más fáciles cuando estaba acompañada de Kya. Pequeña, peluda, dulce, guardaba todos los secretos que jamás le había desvelado. Ella sospechaba que su preciosa gatita blanca era la reencarnación de alguna estrella de cine antigua. No preguntéis ni por qué, ni cómo pero estaba segura de que Kya la entendía cuando hablaba de rizar el rizo y comerse el mundo. Le resultaba de lo más divertido caminar por su mente e intentar enfrentarse al diablo que llevaba dentro.
-¿Georgette?- una voz la sobresaltó e hizo que diese un respingo. Por unos minutos se había olvidado de que estaba manteniendo una conversación. En realidad, era algo que le pasaba muy a menudo, dejaba de lado las cosas importantes para internarse en una continua pelea consigo misma.
-Ahá.
- Creo que tú y yo estábamos hablando de algo.
Ella no sabía que contestar. Bueno, ni eso, ni dónde meterse. Aunque en realidad, lo que más le preocupaba de todo aquel asunto era no echarse a llorar sin motivo alguno y quedar como la idiota que creía que era. Su pelo color canela le caía por delante de la cara y ocultaba su nariz llena de pecas e ideas.
-Bueno, dado que parece que no tienes nada que decir creo que te dejo, pequeña.
-Adiós.
Sintió unas terribles ganas de gimotear y apretó la tecla que encendía el parabrisas de su corazón para que no se le empañasen las pupilas. Luego él colgó y ella se dejó caer desde la cama hasta el suelo. La alfombra de pelo color escarlata la acarició la frente y una pequeña risa le brotó de los pulmones. Suspiró y olió su propio perfume. Le gustaba la sensación de tener cosquillas en los dedos de los pies. Escuchó la puerta de casa pero ni se inmutó. Los días para ella eran colosales pesas de gimnasio y los intervalos maníacos torturas chinas que mutilaban su espíritu. Aunque si alguien se dignase a mirarla y preguntarle si prefería la depresión a la euforia probablemente no sabría que responder. Contadas veces ponía el pie en la calle y cuando lo hacía se dedicaba a recopilar gestos de la gente para luego tener algo en lo que pensar cuando de nuevo, se sentía encerrada en su habitación. Idiota, pensaba Georgette cuando se daba cuenta de lo que hacía.
Hubo un extraño paréntesis en su mente y poco después alguien llamó a la puerta de su habitación. Sin pedir permiso para adentrarse en su mundo la madre de Georgette entró. En su mano derecha traía un vaso de agua y su dosis de litio. Ella tenía muy asimilada su enfermedad, así como que el sol no sale todos los días y que nunca sería capaz de cambiar el mundo. 

-Tómatelo todo.- dijo fríamente su madre. Amanda, la madre de Georgette era una mujer relativamente joven. Tenía los ojos verdes y el pelo extrañamente cortado. Parecía una de esas bailarinas de ballet de las cajas musicales que le regalaban de pequeña. Oh, como adoraba esas melodías. Georgette recordaba que se quedaba horas hipnotizada mientras veía a aquella esbelta figura dar vueltas sobre sí misma como tantas veces habían hecho ella y sus miedos. El litio le agrió la lengua y le endulzó el corazón. A veces le pasaba que conseguía que dos cosas totalmente contrarias se uniesen para ella en una. Era como si tuviese el don de reducir la pesadez  de aquellas cosas con las cuales no quería tener nada que ver si no era obligatorio. Y hablando de obligaciones, recordó que no había hecho los deberes de esa semana. Aunque tampoco le importaba.

sábado, 30 de abril de 2011

>Georgette

Permaneció un rato callada esperando su respuesta. En realidad no le apetecía hablar con él porque sabía que no iba a escuchar las palabras que tanto necesitaba. La tecla roja de su viejo teléfono la tentó de manera sobrenatural y estuvo un largo silencio acariciándola. Sabía perfectamente que cuando algo va mal no debes huir de ello pero para Georgette resultaba mucho más fácil hacer como si nada nunca hubiese pasado. El aire de la ventana abierta le quemaba las retinas y sus grandes pupilas azul cielo le escocían de una forma exageradamente punzante. Quiso llorar pero no encontraba las lágrimas en su interior. El intestino se le revolvió ligeramente y tuvo ganas de vomitar todo lo que sentía por él.
A veces cuando estaba sola en casa, empezaba a romper vasos y platos y luego recogía los añicos cargados de orgullo pero también de culpabilidad. Después caminaba despacio hasta el baño y se metía en la bañera a derrumbarse. Le resultaba divertido morderse las uñas cuando no sabía a qué hora llegaría la hora de desayunarse la pena y así, a veces sin darse cuenta se pasaba el día malgastando minutos y guardando los segundos en la caja de cosas que utilizará en un futuro. 





>Georgette


Georgette dibujaba corazones con los dedos de las manos tan rápido como viajaba su corazón a través del pecho. Por un momento creyó que se le iba a salir de la garganta y que sus uñas de color rosa chicle, dignas de una niña, iban a volverse locas. Sonreía a ninguna parte y a veces, pero solo a veces, se le escapaba una lágrima de las entrañas. En su habitación todo estaba oscuro, esperaba distante una llamada. Hubo un momento en el que se planteó si apagar el móvil y arrancar los cables del teléfono fijo y así terminar con su eterna tortura china. Se recogió el pelo en una coleta alta y se miró al espejo. A tientas consiguió ver reflejada una imagen que ella etiquetó como fea. Se acercó al tocador y se esparció un poco de polvos por la cara intentando tapar las cicatrices de su alma. Luego el colorete rosa hizo de inmediato el efecto que se suponía que debía hacer.
Estaba sola en casa, y quizás eso fuese lo que más la preocupaba, que si el dolor le daba demasiado fuerte y la ataba a la soledad su vida se convertiría en un Hecatombe y entonces, podía darse por perdida. Fue hasta el reproductor de música y lo encendió. En realidad odiaba la canción que sonaba en esos momentos, así como odiaba bailar, la pizza, y el helado de fresa. Sonó el teléfono minutos después y aunque dudó en cogerlo, lo hizo.
-¿En qué piensas?- dijo una voz masculina al otro lado de la línea, la cual ella reconoció al momento.
-En la gente…
-¿En qué tipo de gente?- volvió a inquirir el individuo.
-En personas que están perdidas, que no se encuentran, que tienen sueños que saben que nunca se harán realidad. En personas que esperan una llamada, un mensaje, un sonido, una señal, que se mantienen observando el tic-tac del reloj tanto tiempo que se olvidan de que existen las horas… 


viernes, 29 de abril de 2011

>No regrets. Just Love.


"Toco el café caliente con mis manos, la espuma se sale del vaso de cartón. Notó una mano en mi hombro, me doy la vuelta y le miró en los ojos. El me sonríe. Y yo me rio mientras le ofrezco sentarse. El se sienta. Nos miramos detenidamente y sus ojos me queman las retinas, notó una atracción inevitable, pero ahí se acaba todo. Todos mis sentimientos se apagan para siempre.
Y nunca se encenderán y volverán a vivir."

- Qué difícil intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hayamos presos.